Dado que en la última clase uno de los problemas que surgió fue la complejidad de la definición de la palabra esencia, buscamos en internet diferentes artículos sobre qué significaba la esencia de Madrid para otras personas, y encontramos este artículo que nos pareció muy interesante. Lo dejamos aquí para que lo veáis y opinéis sobre él.
Dice un autor italiano que es frustrante tener que enseñar la esencia de una ciudad a otras personas: amigos-turistas o compromisos. Me hizo gracia, porque es cierto que la esencia cada cual la encuentra en un lugar alejado de las guías turísticas o no, pero frustra comprobar cómo la otra persona no es capaz de ver 'tu esencia urbana'. Yo he sentido esta rabia hace muy poco.

Así que en otro intento le llevé a Huertas, por detrás de Sol, porque allí se esconde el Madrid de finales de s. XIX, por lo menos el que yo he aprendido de la mano de Galdós. En esta ocasión le hablo de este ilustre canario, casi madrileño, y de cómo muchos bares tienen una clara alusión a él, pero mi amigo sólo se fija en que un garito se llama 'La Trucha', y me pregunta por la condición sexual de mi escritor favorito. Así que se me quitan las ganas de entrar en La Fontana de Oro, antiguo café, actual pub irlandés, que dio nombre a una de sus obras.


En Cibeles intento decir algo, pero el frío me hace castañear los dientes y en esos momentos a mí ya no me parece el lugar de Madrid que siempre es bonito en todas las direcciones. Ya me da miedo enseñarle Colón, Velázquez, la Plaza Mayor y el Madrid de los Austrias, el Paseo de Oriente y el Templo de Debob por si descubro que, los atardeceres allí no son los más bellos que existen.


Elena Martín González
Leyre Rada Diaque
Marta Gutiérrez Touriño
No hay comentarios:
Publicar un comentario