A partir de entonces, observé que muchas de mis ideas anteriores estaban basadas en otras preconcebidas en lo ya conocido, y esto supone un alejamiento del concepto de radicalidad; que, frente a lo que se podría considerar como algo utópico, pueder ser totalmente racional siempre y cuando ambas posibilidades se alejen de lo ya establecido.
Esto puede suponer no llegar a tener nunca un concepto definido de Ciudad Radical, primero porque la percepción individual de lo establecido cambia según la circunstancia del individuo a lo largo del tiempo, y segundo porque tenerlo supondría imponer una limitación al conocimiento y por tanto a la imaginación.
En el ejercicio el proceso de asimilación de radicalidad va variando, es por ello que hay una evolución en los dibujos, en la que en alguna ocasión se ven confrontadas las ideas que en ellos se muestran.
Pero teniendo en cuenta que el ejercicio tiene una fecha límite, la visión actual que he adquirido consiste en una ciudad que crezca verticalmente, en ambos sentidos. Creando así una de la cual no se perciban sus límites terrenales, sin que el suelo suponga un barrera física entre ambas partes, superior e inferior.
Todos los espacios estarían relacionados entre sí mediante un conjunto de túneles a cualquier nivel de altura, en todas las direcciones.
Los hitos actuales de la ciudad se mantendrían, adecuándolos a la radicalización de la ciudad.
Esta seguiría la idea de mi grupo(Fco. López, Fco. Vallejo), que parte de la idea de los árboles, una ciudad con raíces bajo tierra, pero con vida en el exterior, una ciudad de la cual no se conoce ni su principio ni su fin.
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