¿Qué ocurriría si, en lugar de proponer diferentes capas, nos olvidamos de la ciudad como un elemento horizontal en dos dimensiones y la concebimos como un elemento tridimensional (NO como superposición de planos)?
Para empezar, el término "calle" como lo entendemos ahora desaparecería; las calles pasarían de ser elementos de conexión horizontal a serlo en cualquier dirección (y, por qué no, también sería interesante potenciar su uso público, convertirlas en lugares verdaderamente vivibles).
Además tampoco tendría sentido hablar de un "nivel de suelo", pues, con una ciudad tridimensional creciendo por encima (e incluso por debajo), perdería la importancia que tiene ahora para pasar a ser, simplente, una parte más.
La ciudad sería, por tanto, una maraña de edificios y conexiones (aunque no necesariamente caótica ni desordenada, sino todo lo contrario). Ofrecería el aspecto de un gran bosque, un bosque de árboles de hormigón, acero y cristal.
Andreas
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